Si conduces un coche diésel y nunca antes has oído hablar del filtro de partículas o DPF, llegó el momento de hacer las presentaciones. ¿Sabías que este elemento es esencial para atrapar las partículas contaminantes generadas por la combustión del diésel? Sin embargo, la obstrucción de este componente puede provocar averías importantes. Toma buena nota porque te informamos de cómo mantenerlo perfecto durante más tiempo para que tu coche cumpla la normativa de emisiones contaminantes. ¡Sal de duda ahora mismo!
El filtro de partículas es un elemento obligatorio en los vehículos diésel y clave para el cumplimiento de las normas Euro IV, V y VI que desde 2005 regulan la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
Con los años, este componente encabeza la lista de las averías que más preocupan a los propietarios de coches diésel. ¿Por qué motivo? Porque el filtro anti-partículas puede obstruirse de partículas sólidas, dañándolo hasta el punto que deja de cumplir la función para la que fue diseñado.
El precio de la avería en el filtro de partículas, más frecuente de lo que le gustaría a sus conductores, se convierte en un auténtico quebradero de cabeza.
Por este motivo, son muchos los que optan por anular el filtro en vez de sustituirlo. Pero, ¿es esta la mejor decisión? Desde ya te avanzamos que no.
¿Qué es el filtro de partículas y para qué sirve?
El filtro de partículas, conocido también como filtro anti-partículas, FAP (en francés) y DPF (en inglés), es un componente situado en el tubo de escape de los vehículos diésel, con el objetivo de eliminar las partículas producidas ante la combustión.
Construida en una pieza cerámica porosa, la función primordial de este filtro se basa en la eliminación del hollín y en el almacenaje de esas partículas de carbonilla que se producen a consecuencia de una combustión incompleta del combustible.
Gracias al filtro de partículas, se retienen esas partículas para quemarlas en el proceso de regeneración, convirtiéndolas en dióxido de carbono y agua, entre otras sustancias.
Estas son las claves para conocer el funcionamiento de un filtro de partículas
El filtro de partícula está compuesto con un gran número de paneles paralelos; la mitad de ellos con la entrada abierta y la salida cerrada, y la otra mitad justo a la inversa. Los gases deben atravesar toda la estructura porosa para salir del filtro.
La eliminación de las partículas sólidas dentro del filtro se desarrolla de forma pirolítica. Para garantizar la salida del hollín, el filtro de partículas debe alcanzar temperaturas de 600 ºC. No obstante, gracias a la instalación de un catalizador de platino, se disminuye la temperatura a 350-400 ºC.
Este proceso natural de eliminación de las partículas sólidas se denomina «regeneración activa», produciéndose cada momento que el coche identifica una acumulación de las partículas por los sensores ubicados en el sistema.
¿Por qué se obstruye el filtro anti-partículas? Detectamos el problema.
Si las partículas no se eliminan correctamente, el filtro acaba obstruyéndose provocando problemas importantes en el funcionamiento del motor.
La causa de este fallo se produce porque el filtro no alcanza la temperatura óptima para su procesamiento, las partículas no se destruyen correctamente y, por ende, no salen del sistema de escape.
Esa obstrucción en el filtro DPF se ocasiona por 3 causas:
- El vehículo no circula el tiempo necesario para alcanzar la temperatura adecuada para el óptimo funcionamiento del filtro.
Esta situación se produce habitualmente si la conducción se realiza con trayectos cortos en ciudad, motivo por el que el motor no cuenta con tiempo suficiente para desarrollar la regeneración activa.
- El vehículo está acostumbrado a circular con un índice de revoluciones bajo y continuo.
- Los sensores están en mal estado.
¿Quieres aprender a mantener el filtro de partículas a punto? Sigue leyendo y te contamos qué has de hacer.
5 Consejos para el mantenimiento y limpieza del filtro de partículas
No existe un protocolo concreto de mantenimiento para el filtro anti-partículas FAP pero sí una seria de consejos que ayudarán a que funcione correctamente.
¡Conócelos y, sobre todo, aplícalos en tu coche!
⇒ No interrumpas las regeneraciones del coche
Conduce por autovía o autopista manteniendo el motor entre las 2000 y las 3000 revoluciones por minuto.
De este modo, los gases del sistema de escape se calientan más y el filtro consigue alcanzar la temperatura de regeneración deseada para la salida de las partículas.
⇒ No llenes el depósito de combustible hasta el tope.
⇒ Usa aditivos en el combustible que favorezcan la limpieza del filtro.
⇒ Escoge siempre el aceite recomendado por el fabricante
O bien el que te asesore tu taller mecánico. Debes comprobar su nivel cada 1 000 km.
⇒ Revisa el nivel de aceite del coche.
Comprueba que en qué estado se encuentra el nivel de aceite del motor. ¿Ha aumentado? Todo apunta a que algo falla en el filtro de partículas porque, al no producirse correctamente el proceso de regeneración, parte del combustible acaba entrando en el circuito del aceite del motor.
⇒ Nunca optes por anular el filtro de partículas
Ante las averías frecuentes que rodean al filtro anti-partículas, en ocasiones se opta por su anulación o retirada.
Sin embargo, es una decisión errónea y peligrosa porque estaremos contribuyendo a que nuestro coche contribuya a aumentar la contaminación y perjudicar la salud de los demás.
Además, la decisión de anular el filtro es ilegal porque vulnera las especificaciones de contaminación y emisiones por las que el vehículo fue homologado en su momento.
Por este motivo, la revisión del filtro FAP cada vez es más vigilado en la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
Aquí encontrarás la ayuda que necesitas para mantener el filtro de partículas de tu coche.
¡De contaminar, nada de nada!
3 Soluciones para controlar el funcionamiento del filtro de partículas
1 – Limpieza del filtro anti-partículas
¿Se ha encendido el piloto rojo? Da solución a esa avería producida por el problema en la regeneración acudiendo a tu taller mecánico más cercano.
Una de las posibles soluciones pasa por la limpieza del filtro FAP con ultrasonidos. Con esta operación, las partículas vibran y acaban despejándose de las paredes del filtro.
No obstante, te aseguramos que el filtro dejará de estar como el primer día y volverá a darse el mismo problema si se continúa apostando por una conducción de trayectos cortos.
2 – Sustitución del filtro
Aunque es la decisión más acertada también es con diferencia la más cara.
El precio del cambio de filtro puede oscilar de los 1 500 a los 2 500 euros, en función del tamaño del filtro y la cilindrada del motor.
3 – Regeneración forzada
Con la regeneración forzada del filtro, se sube la temperatura de los gases de escape, con el propósito de quemar las partículas de hollín.
¿Dónde está el problema? Este proceso ocasiona una elevada concentración de gases contaminantes que emite el tubo de escape mientras dura el proceso.
Por supuesto, no incluimos la anulación del FAP en este listado por su carácter ilegal y contrario a las normativas de emisiones contaminantes.
Conclusión
El filtro se incorpora en todos los vehículos diésel para eliminar las partículas sólidas, evitando las emisiones contaminantes.
Pero una conducción basada en entornos urbanos con bajas revoluciones entre otros hábitos puede motivar la obstrucción del filtro, acarreando importantes averías en el funcionamiento del vehículo que impiden que desarrolle el proceso de regeneración.
Existen varias soluciones, como la limpieza del DPF o su sustitución, esta última a un elevado precio, aunque cada vez se extienda más la anulación del filtro. Bajo ningún concepto optes por esta opción peligrosa y, sobre todo, ilegal.
Ante cualquier síntoma de mal funcionamiento detectado en el cuadro de mandos por tu vehículo, acude al taller y deja que sean profesionales quienes te den el diagnóstico más acertado.