El precio del diésel atraviesa un momento de continuos vaivenes que están situándolo cerca del precio de la gasolina. Lejos de rumores y prospectivas, el actual Gobierno de España ya ha manifestado su intención de revisar el precio del gasóleo en 2018, superando los máximos históricos de 1,4 euros. Su propuesta de incrementar el precio del diésel un 28,6% así como el impuesto de circulación de estos vehículos, con la intención de equiparlo al de la gasolina, surge como medida para luchar contra el cambio climático dado los altos niveles contaminantes de este combustible.
En artículos anteriores ya hablamos de cómo los coches diésel desaparecen. Hoy empiezan a asomar como uno de los agentes más contaminantes y desde fabricantes a las principales ciudades del mundo están imponiendo medidas para restringir la circulación de estos vehículos.
Hasta hace poco más de 10 años, el diésel era considerado como un combustible más ecológico y eficiente que la gasolina, su gran adversario. Pero la obtención de resultados negativos en varias investigaciones ha concluido que la toxicidad del gasóleo es mayor que la gasolina, produciendo hasta 4 veces más emisiones de dióxido de nitrógeno.
Esta situación ha motivado que en ciudades como París se sitúe 2025 como la fecha definitiva para el fin de los coches diésel, medida a la que se han sumado Madrid o Ciudad de México.
Ante este escenario, el precio del diésel ha pasado a ser tema de máximo interés para la agenda política del Gobierno español.
Sus medidas no tardarán tiempo en llegar, más ante la llamada de atención de Bruselas a España como consecuencia de la baja fiscalidad de los combustibles de gasóleo en nuestro país.
La subida del precio del diésel que hará que repostar salga más caro
El precio del litro de diésel está entre 1,2 a 1,3 euros, alcanzando máximos históricos de 1,451 euros por litro de carburante. Poco a poco, ha ido aumentando y, lejos de normalizar su precio, se prevé que aumentará de forma escalonada.
El Comité de Expertos sobre escenarios para la Transición Energética ya propuso al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital en abril de 2018 un incremento del precio del diésel de cerca del 29%, con un aumento del impuesto de circulación para vehículos de gasóleo.
Esta medida estaría acompañada de una subida del precio de la gasolina de un 1,8%, reduciendo así la brecha de precios que siempre caracterizaba a ambos combustibles.
Según este informe, solo sería el precio de la electricidad el que sufriría la bajada de un 6,8%, mientras que tanto el gas como la gasolina y el diésel verían encarecido su precio.
La equiparación de la fiscalidad del combustible diésel y la gasolina recaudará más de 2 100 millones de euros
La subida del precio del diésel en las gasolineras españolas vendrá con una medida añadida: el incremento del impuesto de circulación para los vehículos de gasóleo.
El objetivo no es otro que reducir progresivamente la circulación de coches diésel como medida para reducir las emisiones contaminantes, en beneficio de la compra de vehículos eléctricos, para las que ya existen ayudas estatales como los 50 millones de euros del Plan VEA Vehículos.
Esta medida fiscal va acompañada de una recaudación adicional de más de 2 100 millones de euros que se prevé destinar en la financiación de políticas medioambientales en lucha contra el cambio climático.
Y, ¿cómo se equipararía el precio del diésel al de la gasolina?
Ese incremento del precio del diésel de cerca del 29% con el objetivo de igualarlo al de la gasolina se aplicaría directamente en el impuesto de circulación.
Fruto de esta subida fiscal, el precio por litro del diésel se encarecerá en 9,55 céntimos.
Es importante tener presente que la cuantía del impuesto de la gasolina en la actualidad es de 40,25 céntimos por litro, mientras que la del gasóleo es de 30,7 céntimos.
La medida lanzada por el Gobierno contribuirá a esa equiparación fiscal del diésel y la gasolina, implantación que se hará poco a poco.
Las críticas a la subida fiscal del precio de diésel no se han hecho esperar
Durante años, España ha sido uno de los países europeos que más ha apostado por los vehículos diésel. Por este motivo, la implantación de estas medidas afectará a multitud de conductores.
Por parte de la asociación Automovilistas Europeos Asociados (AEA), considera que todas estas medidas están perjudicando directamente a las ventas de los vehículos de gasoléo.
De hecho, en mayo de 2018 han supuesto un 35,3% de la cuota del mercado, frente al 59% de los coches de gasolina, según recoge Autofácil.es.
Los especialistas sugieren que, más allá de imponer medidas que impliquen la subida de impuestos sobre los coches diésel, proliferen las iniciativas para recudir el precio de los coches eléctricos, haciéndolos más asequibles a los consumidores.
Conclusión
El gasóleo está en el punto de mira de fabricantes e instituciones estatales, un escenario en el que se ha gestado la subida del precio del diésel y de su impuesto de circulación.
Estas medidas motivarán la equiparación de los precios con la fiscalidad de los vehículos propulsados con gasolina, poniendo fin a esas diferencias.
El incremento del 28,6% en el precio de diésel redundará en la recaudación extra de 2 100 millones a raíz de esta nueva «tasa medioambiental», considerada así porque la medida está impulsada para reducir progresivamente la circulación de coches de gasóleo.